Enfermedades

Tipos de enfermedades que perjudican el riñón

•  Pielonefritis:  Esta refiere a una inflamación, de uno o ambos riñones, que es causada por infecciones del tipo bacteriana y afecta a las personas jóvenes y de mediana edad.
•  Glomerulonefritis: Nuestros riñones poseen una especie de celdillas, llamadas glomérulos, que son utilizadas para la filtración de desechos y agua, cuando estos se inflaman como consecuencia de una enfermedad infecciosa,  los anticuerpos atacan a los glomérulos y provocan esta enfermedad.
• Cálculos renales: Hemos hablado de ellos en muchas oportunidades, y se forman por desechos de procesos químicos del organismo que salen a través de la orina. Cuando son excesivos en la orina se cristalizan  y forman piedras de diversos tamaños en el interior del riñón. Estos son los llamados cálculos renales, que en su mayoría están formados por oxalatos de calci
• Insuficiencia renal:  Esta se produce cuando ambos riñones dejan de funcionar, puede ser repentina o progresiva, (aguda o crónica). Cuando esta está en términos muy avanzados, nuestros riñones ya han perdido el 90% de sus funciones y se recomienda en el paciente tratamiento de diálisis, que es un proceso artificial, que cumple las funciones renales de forma mecánica. Muchas veces estos pacientes, necesitan un transplante de riñón.
• Obstrucción: El tracto urinario puede obstruirse por ejemplo por una piedra en el riñón, un tumor, el útero aumentado de tamaño durante el embarazo o un aumento de tamaño de la próstata. La orina acumulada favorece la infección y el daño renal. En los casos de litiasis (piedras) renal es típico el dolor, pero hay trastornos que no dan síntomas y no se detectan hasta que se hacen pruebas de laboratorio en sangre u orina o pruebas de imagen como una radiografía o una ecografía.

Si tiene alguno de los factores de riesgo para padecer una enfermedad renal, le recomendamos que se haga pruebas periódicas para comprobar la salud de su riñón. Ya que estas no suelen dar síntomas hasta que está a punto de fallar.

En todos los casos le recomendamos consultar con su médico, terapeuta u otro profesional de la salud competente.

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